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viernes, 26 de julio de 2013

Entrevista Agencia Paco Urondo: El sistema financiero tuvo una rentabilidad en 2012 de 19.400 millones de pesos.

Entrevista con el economista Ernesto Mattos (CEMOP) y la Jauretche sobre los proyectos que proponen gravar la renta financiera. ¿Cuánto podría recaudar el Estado con el impuesto?

Por Enrique de la Calle AGENCIA PACO URONDO: ¿De qué hablamos cuando se habla de gravar la renta financiera?
Ernesto Mattos: Se está hablando de gravar a las personas físicas que superen operaciones por 100 mil pesos anuales (de ganancia). El trabajo que hicimos apuntaba al sistema financiero, teniendo en cuenta su elevada rentabilidad. Está destinado a las personas que compran y venden acciones todos los días. Se trata de un grupo muy exclusivo de personas. Es un sector pequeño que no estaba pagando renta por este tipo de transacciones. Siempre y cuando obtengan ganancias por encima de los 100 mil pesos anuales.

AGENCIA PACO URONDO: Ustedes hicieron un trabajo sobre la rentabilidad del sistema financiero. ¿De cuánta plata hablamos?
EM: El sistema financiero global tuvo una rentabilidad en 2012 (después de pagar impuestos) de 19.400 millones de pesos. Si a eso le aplicás un 20% el Estado recaudaría alrededor de 2000 millones de pesos anuales. Seguiría siendo un sector con mucha rentabilidad.

Entrevista completa: El sistema financiero tuvo una rentabilidad en 2012 de 19.400 millones de pesos.

Entrevista en el programa "Mañana Madre" AM530:

Entrevista en el programa Mañana Madre a Ernesto Mattos (Economista CEMOP - Centro de Estudios y Monitoreo de Políticas Públicas): Un informe del CEMOP plantea que las exportadoras de soja son las que más ganan en comercio exterior y las que tienen menos carga tributaria. Radio Madre AM530.

Audio completo: Presión tributaria del campo.

En Tiempo Argentino: A pesar de los buenos precios globales, la actividad rural tributa cada vez menos.

 Por Martin Ferreyra (Tiempo Argentino).

El informe resalta que el peso de los impuestos vinculados a la producción agropecuaria representa el 5,5% del PBI, cifra que viene bajando desde 2003, mientras que otros ingresos fiscales, como Seguridad Social, ganaron en importancia.
El autor del informe, Ernesto Mattos, señaló que "la presión tributaria no existe". En esa línea, el economista explicó a Tiempo Argentino que "la supuesta presión hay que relacionarla con el valor de la tierra, porque de cada 100 pesos que entran a las arcas de la provincia de Buenos Aires, el Impuesto Inmobiliario Rural paga 2 pesos". Mattos agregó que "en estos últimos diez años el valor de la tierra creció 580% (en 2012 costaba U$S 18 mil la hectárea) con lo que su valor patrimonial se multiplicó por cinco sin que los impuestos se modificaran: paga más el vecino que tiene un departamento en La Plata que un terrateniente de la provincia de Buenos Aires", afirmó el especialista del CEMOP. La estrategia, según el investigador del CEMOP, es "el desfinanciamiento del Estado". Así, "estos últimos meses buscaron generar expectativas de devaluación, querían llevar el dólar a 10 pesos y así presionar al Estado en la dirección de una política antipopular. Federico Sturzenegger (economista, titular del Banco Ciudad y dirigente del PRO) decía que el atraso cambiario era del 30%", recordó Mattos.
Al margen de las críticas de las patronales ("Hasta De Angeli reconoció la cosecha récord"), el autor del informe apuntó que "nos estamos acercando a las metas del programa 2020; el componente de soja viene creciendo y el trigo subió un 25% más en esta campaña". El tema, advirtió, "va a pasar por esta organización entre los productores de soja y los comercializadores de granos y como van a hacer lobby para presionar". El beneficio, según el especialista, "es simple, el comercializador de granos duplica su poder adquisitivo porque si hay una devaluación puede comprar campos; los sectores más concentrados de la industria traen los dólares de afuera y compran cuanta empresa quieren para concentrar más", concluyó. 

En ECO Tiempo Argentino: La inversión extranjera directa en la región: ¿Importa el tamaño o la calidad?

Suplemento económico.
Por Ernesto Mattos.


Según el informe de la CEPAL (2012) sobre IED en América Latina y el Caribe, la IED podría estar acentuando la estructura productiva desequilibrada (diferente) en los países del continente, porque esta IED se caracterizó en la explotación de recursos naturales (minería y petroleo) donde la transferencia de tecnología y la creación de puestos de trabajo ha sido muy baja entre 2003-2011; en un contexto de crecimiento económico de la región, especialmente en sudamérica.
Sin embargo, las utilidades de las empresas transnacionales, o renta de la IED, crecieron un 550% en casi una década, entre 2002 y 2011. En países como Perú, Paraguay, Chile y Colombia fue donde la renta sobre el acervo de IED estuvo por encima del promedio, entre 12% y 25% (2007-2011). Como contraejemplo, en el otro extremo está México, donde la IED que ingresó fue al sector manufactura y obtuvo una rentabilidad menor al 5 por ciento. La Argentina se encuentra en el medio de estos dos extremos, junto con Brasil, Venezuela, Ecuador y Uruguay, con una rentabilidad entre 10% y 5%; en el período 2007-2011.
No obstante, es interesante observar cuánto impacta en la generación de puestos de trabajo la IED, por sectores, por cada millón de dólares que ingresa: Construcción y comercio, 7 puestos de trabajo; Manufactura y servicios, 3 puestos; por otro lado las Actividades Mineras, incluido el petróleo, crean 1 puesto de trabajo por cada 2 millones de dólares. Este último sector es el de menor impacto en la generación de puestos de trabajo. 

La Recuperación de la Soberanía Energética.

De dónde venimos

El proceso de privatizaciones y desregulación económica llevado acabo a lo largo de la década del noventa supuso profundas transformaciones en el sector energético y, en particular en la producción de hidrocarburos. La privatización, y posterior traspaso de YPF al capital extranjero, fue presentada como la solución definitiva a los problemas de abastecimiento energético que históricamente había enfrentado nuestro país.

Si bien la desregulación llevada adelante a lo largo de la década del noventa permitió un incremento transitorio en los niveles de producción, producto de la extraordinaria rentabilidad que adquirió la producción petrolera, la falta de inversión en exploración y la característica predatoria sobre los recursos disponibles que adquirió la producción durante ese período condicionó sensiblemente el autoabastecimiento energético en la década siguiente.

En los años noventa, la industria petrolera se desarrolló bajo un esquema cortoplacista en el marco del proceso de desindustrialización más agudo que sufrió nuestro país. El incremento en los niveles de producción y las crecientes exportaciones de petróleo y gas se sostuvieron sobre dos pilares centrales. En primer lugar, en el aprovechamiento de las reservas descubiertas en el período previo, en su inmensa mayoría por la YPF estatal. En segundo lugar, por el estancamiento de la demanda energética interna, ante el desmantelamiento del tejido productivo local, proceso que posibilitó la existencia de crecientes excedentes para la exportación.

De esta forma, el esquema energético heredado del período neoliberal sólo era sustentable mientras duraran las reservas descubiertas por la YPF estatal y siempre y cuando la demanda energética interna no se expandiera significativamente, esto último garantizado por un agudo proceso de desmantelamiento de los sectores productivos. Por lo tanto, la falta de inversiones en exploración se manifestaría una década más tarde cuando se inició uno de los períodos de crecimiento económico más notables de la historia argentina.

Efectivamente, la instauración de un nuevo modelo productivo sustentado en el desarrollo de los sectores productores de bienes y en la inclusión de amplias franjas de la población puso en evidencia los déficits de inversión de la etapa previa y la necesidad de garantizar el autoabastecimiento en materia energética. En este marco, los recursos energéticos volvieron a considerarse como un activo estratégico para garantizar un desarrollo sustentable e inclusivo en el largo plazo.

A lo largo de la última década el Estado Nacional ha implementado un conjunto de medidas tendiente a garantizar el abastecimiento del mercado interno, incentivando la producción y la exploración en materia hidrocarburífera. Dichas medidas tuvieron como objetivo lograr, por un lado, un crecimiento en los niveles de producción de hidrocarburos, reduciendo de esa manera su impacto deficitario en la balanza comercial, y al mismo tiempo expandir las reservas en gas y petróleo a través de mayores inversiones en exploración.

Hacia dónde vamos

En el marco de la profundización del proceso de crecimiento con inclusión social, en el último año se destacan una serie de medidas que transformaron sustancialmente la anatomía del sector hidrocarburífero:
  • La Ley 26.741 de Soberanía Hidrocarburífera, que dio lugar a la recuperación deYPF, principal empresa energética de la Argentina.
  • La implementación del “Programa de Estímulo a la Inyección Excedente de Gas Natural (Resolución 1/2013).
  • El “Régimen de Promoción para la Explotación de Hidrocarburos” (Decreto929/2013).
La trayectoria expansiva que ha presentado la demanda de energía desde 2003 a la fecha requiere de una activa intervención del Estado para garantizar una expansión sustentable de la oferta de hidrocarburos. En este marco, se implementaron planes de incentivos, los cuales fueron condicionados a la obtención de metas de producción. Es decir, a diferencia de la década del noventa cuando los incentivos se otorgaban sin contrapartida, hoy se confieren con condiciones establecidas por el Estado Nacional.

En este sentido, el Régimen de Promoción para la Explotación de Hidrocarburos contempla el otorgamiento de beneficios condicionados a la realización de inversiones significativas -más de USD 1.000 millones- y al cumplimiento de metas de inversión para cada uno de los proyectos que se presenten. En este contexto, YPF S.A presentó un proyecto que en su primera etapa prevé inversiones por más de USD 1.200 millones, en asociación con CHEVRON, para el desarrollo del área E. Mosconi que representa el 1,3% de la formación Vaca Muerta.

La asociación con el capital extranjero para el desarrollo de áreas estratégicas, ya había sido contemplada en la ley de Soberanía Hidrocarburífera, que establecía como uno de sus objetivos la integración del capital público y privado, nacional e internacional, en alianzas estratégicas dirigidas a la exploración y explotación de hidrocarburos convencionales y no convencionales. Se debe destacar que la experiencia internacional indica que prácticamente no hay empresa estatal de petróleo que no esté asociada con capitales extranjeros para la explotación de los recursos hidrocarburíferos, tal es el caso de Venezuela y Rusia, entre otros.

Este tipo de asociaciones estratégicas son aún más relevantes en el caso del desarrollo de hidrocarburos no convencionales, que requieren de un elevadísimo nivel de inversiones y la utilización de tecnologías de punta. 

En acuerdo entre YPF y Chevron se basa en una asociación equitativa en donde la primera pone el área y el trabajo, y la segunda el capital inicial. Se debe destacar que la operación del área será realizada por YPF y esto permitirá que la empresa con mayoría accionaria estatal capitalice el conocimiento y el uso de las tecnologías líderes en extracción de recursos no convencionales. Además, el hecho de que el área sea operada por una empresa nacional con control estatal, es ungesto de confianza hacia el país de parte de una de las empresas líderes a nivel mundial en la explotación de hidrocarburos, tanto convencionales como no convencionales. 

Si se cumplen las expectativas, la explotación de esta área (que sólo representa el 1,3% del yacimiento Vaca Muerta) va a significar un aumento muy importante en la producción de YPF, permitiendo revertir la declinación que experimenta su producción tras años de desinversión en exploración y explotación por parte de Repsol. En efecto, se prevé que una vez que el proyecto alcance su máximo nivel de producción -a partir del quinto año- la producción de petróleo del proyecto representará el 32,9% de la producción actual de YPF. En tanto, que en el caso del gas representará un 9,3%.

En los últimos días, desde diversos ámbitos se ha sostenido que las políticas encaradas por el Estado Nacional en materia hidrocarburífera han determinado un nuevo proceso de extranjerización del sector. Sin embargo, la realidad parece desmentir estas afirmaciones mientras que en el 2003 el 89% de la producción petrolera estaba en manos de empresas de origen extranjero, dicho porcentaje se había reducido al 48% en 2012 gracias a la recuperación de YPF. En el caso de la producción gasífera la tendencia es similar, puesto que mientras que en el 2003 el 80% de la producción correspondía a empresas extranjeras, en 2012 dicha incidencia se había reducido hasta el 63%.


En síntesis, el acuerdo suscripto entre YPF y Chevron forma parte del conjunto de medidas promovidas por el Estado Nacional tendientes a transformar estructuralmente el sector energético a fin de garantizar el autoabastecimiento energético, en el marco del proceso de reindustrialización que transita nuestro país.

Anónimo.